martes, 8 de mayo de 2012

Ética Para Amador, Análisis por Camila Poblete


Ética para Amador
Por Camila Poblete Irarrazabal

Introducción
La ética es una rama de la filosofía que estudia principalmente, la moral, las virtudes y el saber vivir. Según el autor Armando Roa en su libro “Ética y Bioética”, 1998: Es básicamente saber qué hacer o no hacer en un momento determinado, de entre todo lo que se puede hacer, teniendo en vista las consecuencias. La llevamos en nuestra cabeza desde la primera infancia, cuando son los adultos quienes deben de enseñar esencialmente los conceptos de lo bueno y  lo malo, hasta cuando ya somos jóvenes y adultos, donde es la propia conciencia la que indica si ciertas acciones son buenas o malas (A. Roa; 1998). Día a día, tomamos decisiones, emitimos opiniones o realizamos acciones, las cuáles son de total estudio de la ética. Con ella, podemos discernir de lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, para así poder tener una mejor vida. Aunque en algunos casos este término se confunde con el de moral, se dice que la ética estudia a la moral. Como expone María del Carmen Rodríguez, en su revista sobre ética y moral, 2005: la ética es la reflexión filosófica sobre la moral que a su vez consistiría en los códigos de normas impuestos a una sociedad para regular los comportamientos de los individuos. (M. Rodríguez; 2005)
En el presente ensayo se analizará “Ética para Amador”, un libro que el filósofo español, Fernando Savater, escribió a su hijo Amador, y en el que invita a los lectores a reflexionar acerca de sus propios actos, de la ética y de la vida misma. Este informe consiste en resumir uno a uno cada capítulo y analizar cada cual desde una perspectiva más personal.



  


Resúmenes y análisis
Capítulo I
De qué va la ética
Síntesis
En primera instancia, Savater califica a la ética o, como lo anuncia en el comienzo de su libro, “el saber de que ciertas cosas nos convienen y otras no”, como imprescindible. Compara este conocimiento de distinguir entre lo “bueno” y lo “malo”, con otras ciencias o estudios de los cuáles los humanos podemos prescindir, podemos tener algunos conocimientos de ciertas cosas y de otras no, viviendo tranquilos con ello.
También expone lo dificultoso que puede ser distinguir entre lo correcto o incorrecto en algunas situaciones. Para algunas personas, alguna acción puede considerarse perjudicial y para otras no. Aunque todas estas diferencias no servirían de nada si nuestra vida tuviera un fin determinado, si ya estuviera destinada, sin oportunidad de elegir.
Por otro lado, sale a la luz la palabra “libertad”, atribuida únicamente a los seres humanos. Somos libres de elegir, podemos optar por algún camino u otro. En este apartado se aclara que no tenemos libertad de elegir lo que nos pasa, pero si para actuar o responder a lo que nos pasa, y que tenemos libertad para intentar lo que queramos, sin que necesariamente lo logremos. Las personas a veces preferimos sentirnos sin la libertad, para no sentir culpa de algo que nos ocurra, expone Savater.
Análisis
El saber qué es lo bueno, lo malo, lo correcto, incorrecto, es verdaderamente imprescindible, como lo califica el autor. Pero al tener estos conceptos, tantas aristas y tantos criterios, dependiendo de la situación, de las personas etc. se hace difícil en algunas ocasiones distinguir lo verdaderamente conveniente para uno mismo y para las personas que nos rodean. Sabemos desde pequeños que robar es malo, porque nuestros padres nos inculcaron eso, sabemos que mentir no es correcto. Sin embargo día a día, en las noticias, en la vida cotidiana, vemos situaciones que distan bastante de lo éticamente correcto. Sin embargo, todas las personas que realizan alguna de estas acciones (y otras más por supuesto), saben que están mal, saben que lo que hacen no es correcto ni aceptado por la sociedad, por eso se esconden, lo hacen intentando que nadie lo note. Aquí es donde podemos darnos cuenta, que los conceptos, se conocen, pero simplemente se hace ojos ciegos a estos, a veces sin pensar en las consecuencias que puedan causar. Es aquí, por ejemplo, donde se hace presente la “libertad” a la que Savater hace referencia. Todos nosotros, tenemos la libertad de elegir si hacer o no hacer algo, si decir o no decir tal o cual cosa, etc.
Personalmente, por ejemplo, y para ponerlo en un plano más realista a mi edad, si mi mamá me llama la atención por alguna u otra situación, y yo me ofusco, soy libre de decidir si contestarle atrevidamente, de no decir nada, de irme y esperar a que se calme la situación, etc. Y aquí es donde ingresa el concepto de elegir lo que es más conveniente y correcto en la situación específica, siempre primando el respeto por supuesto.
Capítulo II
Órdenes, costumbres y caprichos
Síntesis
Aunque la mayoría de las veces actuamos casi automáticamente, en este capítulo, se plantea que no siempre elegimos alguna u otra opción porque queramos hacerlo, sino porque a veces existen circunstancias o incidentes que se nos imponen o tan sólo pasan, sin tener en estos casos la oportunidad de poder elegir a nuestra total preferencia y gusto, sino por el contrario, debemos decidir entre 2 o más opciones que sentimos no son convenientes. Así, en estos casos tenemos que intentar velar por la opción más correcta, la que sea más beneficiosa o la que más queramos en tal o cual evento.
En segundo lugar, se mencionan los “motivos”, es decir, y citando al autor, la razón que tenemos o creemos tener para hacer algo. De este concepto se evidencian distintos tipos de motivaciones, las órdenes, las costumbres y los caprichos. Estas inclinan y condicionan nuestras acciones hacia una u otra dirección y a cada una podemos asignarles diferentes grados de importancia. Las dos primeras provienen desde afuera, se te imponen, sin embargo la tercera motivación viene desde dentro, eres libre de tenerlos, no hay nadie que te imponga un capricho.
Análisis
Es cierto que generalmente actuamos sin pensar que estamos haciendo, tomamos decisiones espontáneamente y sin darnos cuenta, no pensamos detenidamente cuando comemos si la cuchara debe introducirse en el plato y luego lentamente, y sin que caiga comida debe subir hasta llegar a nuestra boca, simplemente lo hacemos. Pero es cierto también que existen situaciones en las que uno se ve obligado a decidir algo, en las que se hace necesario pensar y reflexionar en una opción, sin que sea necesariamente alguna decisión que consideremos agradable o que sintamos que es conveniente, pero el momento te exige hacerlo, debes hacerlo, aunque no quieras.
Por otro lado, las motivaciones a las que hacía alusión el texto, las órdenes, las costumbres y los caprichos, guían nuestro comportamiento, nuestras acciones, nuestras conductas en el diario vivir. Llevando estos motivos hacía nuestro rol profesional podría decir que la rutina, las costumbres, a veces se apoderan de la consulta y/o terapia y aunque creo que los caprichos no debería primar en rehabilitación, a veces seguir tu instinto puede marcar la diferencia, siempre pensando en el bienestar del paciente.
Finalmente, creo que el ejemplo del barco que hace alusión a estas decisiones que no queremos tomar sino que tenemos que tomar y también a las motivaciones, reúne muy claramente los conceptos, nos ponen a pensar en una situación complicada, definitivamente no rutinaria, la que, metafóricamente nos hace pensar en algunas situaciones embrolladas en nuestra propia vida y en nuestra experiencia profesional, quizás no tan absolutamente trágicas, pero difíciles para cada persona en algún grado.




Capítulo III
Haz lo que quieras
Síntesis
Savater indica que en algunas ocasiones, más serias e importantes, las órdenes, las rutinas y los caprichos no son suficientes. Afirma que a veces hay que pensar más de una vez el porqué estás tomando tal o cual decisión, por qué estás aceptando esa orden, o por qué sigues esa rutina, etc. No sostiene que estas motivaciones tengan que ser siempre y absolutamente analizadas tan profundamente, pero sí que en algunas ocasiones estas no tienen porqué ser como son. Existen costumbres, órdenes o hasta algunos caprichos que nos embisten, que no son necesariamente lo más conveniente, lo más moral. Pero no siempre nos daremos cuenta a primeras sino que debemos analizar y pensar y preguntarse, por qué a veces estamos haciendo lo que hacemos.
Por otro lado y como un tema bastante particular, el autor hace alusión a la dicotomía de “bueno” y “malo”, de la cual, luego de varios ejemplos, se concluye que no podemos decir que un ser humano es completamente bueno o malo ya que no se sabe exactamente para lo que sirve, ni tampoco existe una única pauta o reglamento para ser buen humano.
Análisis
Debo decir que este capítulo, y lo que se expuso en él, me causó cierto interés, esto de que a veces hay que pensar más de una vez las decisiones, las acciones o las conductas en las cuales nos apoyamos, lo encontré más que una exposición de conceptos, un consejo de vida. Actuar espontáneamente, sin pensar lo que puede pasar, ni las consecuencias creo que es parte de la vida misma, y como parte de la juventud, creo que muchas de nuestras actitudes se basan en ser así, en no pensar lo que puede venir después, sin pensar en si lo que estamos haciendo o diciendo sea lo más conveniente en el momento. Sin embargo, y aunque creo que el ser espontáneo y auténtico es esencial en la vida, estoy de acuerdo con el autor en que en ocasiones, debemos pensar más de una vez las cosas, en si analizar las consecuencias y también lo que nos mueve a realizar ciertas acciones o a tomar tal o cual decisión.
Si lo ponemos en el plano profesional esto se plasma fielmente, diría yo, porque aunque sí creo y estoy convencida que no hay que ser un esclavo de la rutina, no hay que dejar pasar las formalidades, las costumbres que si son convenientes. Imaginémonos como fonoaudiólogos, sin tener alguna pauta para evaluar o no saber cómo usar algún otoscopio u otro instrumento, sería fatal, de hecho, no podríamos ser llamados fonoaudiólogos. Me pondré en un plano quizás un poco más trágico, si por ejemplo, llega un paciente, y se le debe realizar alguna prueba de deglución, pero no nos entregan su ficha médica. ¿Nos arriesgaremos por un “capricho”, se podría decir, a realizarle algún examen sin tener ese documento?, sabiendo que en él tenemos todos los datos, y el cual actúa como una guía para saber que hacer o no hacer con el paciente, ¿dejaremos de lado esa formalidad por querer por ejemplo hacer un examen apurados e irnos a casa? (a mi me suena como capricho).
Capítulo IV
Date la buena vida
Síntesis
En este, el capítulo IV, vuelve la frase “haz lo que quieras”, la que en el capítulo anterior no pudimos entender en su totalidad y que el presente capítulo sí la aborda de una manera más directa y personal. En primera instancia, nos intenta aclarar la diferencia entre “haz lo que quieras” y los caprichos. La primera se refiere a lo que de verdad queramos hacer y lo que en conclusión nos entregue una buena vida; y los caprichos, en cambio, expuestos en los capítulos anteriores, podría entenderse más con la frase “haz lo primero que te dé la gana”. Las que pueden entrar en conflicto, pero hay que saber priorizar y jerarquizar lo que queremos.
Haz lo que quieras se refiere principalmente a hacer lo que permita darte una buena vida, una buena vida humana. Esta buena vida humana se construye de la relación con otros. Es verdad que cada persona, cada humano, tiene su realidad natural, pero sin una realidad cultural, no existe humanidad, puede existir vida, pero no una vida humana y tampoco una buena. Se expone el ejemplo del lenguaje, el cual no es una función natural ni biológica del hombre, pero sí un creación o realidad cultural de la que no podemos estar exentos y la cual no podemos aprender solos, necesitamos aprenderla de otros, y también utilizarla con nuestros pares.
Análisis
Si alguien me dice “haz lo que quieras” a mi mente se vienen muchas que quiero hacer, quiero comer un panqueque, quiero ser feliz, quiero terminar mi carrera, quiero bañar a mi perro, que está bastante sucio, quiero estar con mis amigas, y así podría estar mucho tiempo diciendo las cosas que quiero hacer. Pero a partir de lo que dice el autor, debo jerarquizar, debo priorizar, debo saber qué es lo que realmente quiero, que es lo que me va  a entregar un buena vida humana, y qué es solamente un capricho por el momento , que quizás me haga sentir plena en un tiempo determinado, pero si este capricho trae consecuencias ante algún deseo que realmente quiero, ya no sería una buena opción, ni tampoco me daría esa buena vida que busco ¿comerme un panqueque será más importante que terminar mi carrera? , y como en el ejemplo que se nos entregaba en el libro del génesis de la biblia, ¿cambiaría o elegiría el panqueque ante mi carrera? por supuesto que no.
En relación a la humanidad, el ser humanos, relacionarnos con otros, compartir cultura, es esencial en la vida, es indispensable y nadie puede tener una vida humanamente normal o buena si se encuentra solo, aunque con muchas cosas materiales. Una persona solitaria que no tiene contacto con otros humanos, de qué manera podría aprender a hablar, como ejemplificaba el libro, o de qué manera podría tener valores, modelos a seguir, referencias de lo malo y lo bueno etc. No sería una vida humana.
Capítulo V
¡Despierta, baby!
Síntesis
Ya se sabe que lo que buscamos es tener una buena vida humana, pero según el autor, lo que no está claro es cómo llegamos a tener esta buena vida que queremos, en qué consiste. En este capítulo se nos deja bien claro la diferencia entre tener posesiones materiales, autos, casas, dinero; y por otro lado, tener personas, humanos a nuestro alrededor. Las cosas, se deben tratar y apreciar tan sólo como cosas, ya que lo que poseemos, nos posee. Las cosas no son personas, nos entregan satisfacción, cada uno en su modo, buscamos solamente sacar provecho de ellas, pero no nos entregan lo que nuestros pares humanos no pueden entregar: amor, afecto, amistad, respeto, etc. Nos humanizan, el tener contacto y relación con otros humanos hace que podamos tener una vida humana. Tratar a las personas como personas y no como a pertenencias materiales sabiendo y entendiendo lo que quieren y necesitan, hacen que esta relación sea recíproca y todo lo que yo entregue se devuelva de la manera que solo una persona puede entregar a otro humano.
Análisis
Las cosas si pueden ayudarnos mucho en nuestra vida, pero ¿es suficiente? ¿Nos hará completamente felices tener una gran casa, o mucho dinero? Debemos apreciar las cosas que tenemos, por el esfuerzo que se necesitó para obtenerlas y porque, sin dudas, nos entregan beneficios y nos facilitan aspectos de nuestra vida, pero eso es lo que son, cosas, no nos entregan la parte humana, social y afectiva que todos nosotros necesitamos para ser humanos, para tener una vida humana y mejor aún, una buena vida humana. Por otro lado a las personas las debemos tratar como tal, si las tratamos como objetos y solo sacamos provecho de las cosas que nos entregan, eso es lo que vamos a obtener nosotros mismos, vamos a obtener que seamos tratados tan solo como objetos y no podremos gozar de lo que sólo el humano puede entregar, algo que es fundamental y que nos convierte a nosotros mismos en humanos también, el respeto, el amor, la amistad, la fidelidad, etc. Son aspectos indispensables en nuestra vida, que sería de nosotros sin el respeto, sin una amistad real, no comprada ni por interés, el sentimiento, lo profundo, lo esencial que entre humanos nos entregamos es infinitamente más importante que el dinero o lo material.
Yo creo que podríamos extrapolar los conceptos antes vistos al tema de las derivaciones a otras especialidades, en nuestro rol como fonoaudiólogos, por ejemplo, si llega un paciente a nuestra consulta con alguna dificultad en la articulación de un fonema, y nosotros nos damos cuenta que tiene una disfunción postural corporal que indispensablemente debería ser tratada por un kinesiólogo, ¿nos llenaríamos los bolsillos con dinero de la familia del paciente,  aunque sabemos que no tendremos un avance significativo si el problema postural no se soluciona primero? Aquí se pone en juego la dicotomía de dinero y ética.
Capítulo VI
Aparece pepito grillo
Síntesis
En este capítulo se hace referencia en primera instancia a lo que Savater denomina como “imbéciles de la moral”, no utiliza el término imbécil como lo conocemos normalmente (alguien tonto, que no sabe muchas cosas, etc.), sino como alguien que necesita apoyarse principalmente en cosas ajenas, no en su libertad. Existen diferentes tipos y cada uno de nosotros tiene estos momentos de imbecilidad, algunos más que otros, sin duda. El autor expone que lo contrario a esta imbecilidad es la conciencia, la que cada uno de nosotros tiene a partir de cualidades innatas, aunque también influyen factores económicos y sociales, como también la atención y esfuerzo personal.
Por otro lado, Savater, se hace cargo de interpretar el término “egoísta”, pero de un punto de vista que se entienda como un egoísmo consecuente, una persona que sabe lo que se necesita para vivir bien y pone todo su esfuerzo para lograrlo. Al no actuar de acuerdo a la imbecilidad y no al egoísmo (en términos del autor), comete faltas en su actuar que se reflejan en remordimiento, el que sentimos hacia nosotros mismos cuando sabemos que obramos mal y estos provienen de nuestra libertad, cuando la hemos empleado de forma inadecuada, o sea que se oponga a lo que en realidad queremos como humanos.
Análisis
Tomando las palabras del autor, cuando empleamos nuestra libertad, y el fruto de esta decisión nos entrega algún beneficio, algún mérito o premio, atribuimos a ojos ciegos que fueron por nuestra propia decisión, producto del buen empleo de nuestra libertad, hacemos inmediatamente una atribución interna. Sin embargo, si tomamos alguna decisión basándonos en nuestra libertad, y esta resulta errónea o perjudicial, no lo atribuimos a que fue nuestra culpa, de hecho, lo que hacemos, es atribuirlo a algo externo, la circunstancia, un mandato, una tradición etc. Al emplear nuestra libertad de forma inadecuada, es decir, que la empleemos en sentido contrario a lo que de verdad queremos para vivir una buena vida es donde caemos en el remordimiento, producto de haber sido imbéciles moralmente.
Si integramos estos conceptos a nuestro rol profesional, podríamos llevarlo hasta la situación en que una terapia que aplicamos a un paciente, resulta de forma exitosa, sin dudas lo atribuiremos a nuestro profesionalismo, a nuestra habilidad. Sin embargo, en un mismo plano, si la terapia no da frutos, si el paciente no evoluciona, se atribuirá principalmente, a las circunstancias en que se dio la terapia, las condiciones del paciente, etc. Por eso debemos ser responsables y conscientes al momento de atribuir algún logro o derrota que tengamos, y emplear de forma adecuada nuestra libertad, y así junto con ella poder desarrollar todos los planos que sepamos que son beneficiosos para nosotros con el fin de tener una buena vida.
Capítulo VII
Ponte en su lugar
Síntesis
Este capítulo hace referencia principalmente a la relación entre los humanos, que es la especialidad de la ética. Por muchas diferencias que tengamos entre todos los seres humanos, y aunque no coincidamos en todas las opiniones, tenemos una esencial similitud, nuestra humanidad, todos somos hombres y debemos tratarnos como tal. porque es imprescindible para tener una vida humana. Debemos tratarnos con cuidado, ya que los hombres somos cosa valiosa.
Nuestros comportamientos y manera de vivir, principalmente la imitamos de nuestros pares. Generalmente nos tratan como sean tratados. Así a los que tratan a sus semejantes como enemigos, de forma hostil, es según el autor, porque sienten miedo o soledad, carecen de cosas necesarias o se ven tratados por sus pares sin amor y sin respeto. Si una persona se siente feliz, existen menos posibilidades que quiera ser malo. Por eso, debemos tratar a nuestros semejantes como humanos, porque nos entregan lo esencial, nuestra humanidad, y si no los trato como tal, me estoy perjudicando a mí mismo. El mensaje que nos entrega este capítulo es “ponte en el lugar del otro”. Lo que no quiere decir estar 100% de acuerdo siempre, sino tomarle en serio y entender su propia humanidad, y así comprender la propia.

Análisis
A veces nos resulta complicado ponernos en los zapatos del otro, interesarnos en su propia realidad y humanidad, porque todos tenemos distintas opiniones, intereses, maneras de ver y vivir la vida, pero sin esta acción, no podríamos ser considerados humanos, ya que este concepto sólo funciona cuando nos encontramos en contacto con nuestros pares. Siempre en nuestra vida, nos toparemos con personas, con imbecilidad moral, pero aunque nos parezcan a veces acciones o actitudes totalmente repugnantes, debemos recordar, que es un humano y que nos entrega lo esencial  para vivir una vida humana.
El dicho “no trates a los demás como no te gustaría que te tratasen”, se pone en juego en este capítulo, si tratamos al resto de los humanos, como enemigos, si los utilizamos, lo que recibiremos de vuelta será lo mismo, porque es lo que yo proyecto al resto.
Con respecto a ser fonoaudiólogo, o terapeuta en general, es indispensable pensar en el trato con el otro. Si tratamos a nuestros pacientes simplemente como un cliente, por el que recibimos un beneficio (el dinero), pero del que no nos preocupamos en realidad, no nos importan sus necesidades o intereses, lo que recibiremos de vuelta, será exactamente lo mismo, despreocupación, desapego e interés por cosas no esenciales en la vida.
Capítulo VIII
Tanto gusto
Síntesis
En este capítulo se hace referencia a los placeres de la vida. En primera instancia, el autor expone que la palabra “inmoralidad” la mayoría de las veces, las personas la asocian al sexo, un placer que nada de inmoral tiene, y que hace disfrutar, satisfacer y no dañar al propio cuerpo. Se explica también una de las cosas importantes referente al sexo: la procreación. Sin embargo el autor presenta la opinión de que para nosotros, los humanos, no es el único fin de la relación sexual, a diferencia de los animales. Las personas que ven algo malo en el sexo y en el disfrute de este, son los que precisamente dicen que con esto el hombre se animaliza, pero por el contrario, al disfrutar este placer hace al hombre más hombre y menos animal (ya que para estos el único fin es la reproducción).
Savater expone que los placeres son para disfrutarlos y para acercarnos siempre a la alegría, cuando estamos sintiendo placer con algo lo cual nos aleja de la alegría, la compromete, es que estamos en un límite más bien negativo del placer. Por lo que habla de usar los placeres, no hacernos esclavos de ellos, es decir, no abusar de estos.
Análisis
Coincido con el autor en el concepto de usar y no abusar de los placeres, usarlos sin caer en la esclavización a estos, sin que nos quite nuestra alegría o humanidad, no abusar. Y también por supuesto saber distinguir entre los placeres que nos causan satisfacción y placer a los que nos hacen daño y se vuelven peligrosos para nuestra propia vida.
En el día a día nos encontramos con grupos de personas, que aún ven el sexo como un tema tabú, un tema inmoral de presentar en películas, televisión o en la vida misma. Pero este placer produce satisfacción, goce y no daña, aunque si este se convierte en un placer que altera nuestra alegría y que nos hiere o que utilizamos para dañar a otros, ya no estaríamos hablando de un placer positivo, sino más bien destructivo.
La sociedad lleva a cabo la idea del miedo a los placeres, al ser demasiado satisfactorios, pueden hacer que el hombre caiga en  una total dependencia de esto, y así olvide todas las demás cosas de su vida, incluso su humanización. Si una persona se hace absolutamente dependiente de un placer, cualquiera que sea, ya no sería un disfrute sano sino más bien enfermizo y dañino. Por lo que hay que saber diferenciar y elegir los placeres que nos producen satisfacción y goce nosotros y con nuestros semejantes sin dañarnos ni dañar a otros.
Capítulo IX
Elecciones generales
Síntesis
En este capítulo se hace referencia a la política y su relación con la ética. En la política, democrática específicamente, los mandos elegidos por el pueblo, son personas que se presentan como gente corriente, con vicios, virtudes y defectos (exceptuando de este comentario al autoritarismo). Los políticos suele tener mala fama al ser caras visibles, que incurren en abusos, y en los cuáles confiamos mucho en un principio y luego por eso, nos desilusionamos.
La relación que expone Savater entre ética y política, es que la primera intenta elegir lo que más nos conviene para poder vivir lo mejor posible; y la segunda intenta organizar de la mejor forma la sociedad, con el fin de que cada uno pueda elegir lo que le conviene. Sin embargo, la ética no puede esperar a la política. Por muchos comentarios que existan que no se puede tener una buena vida con el sistema político actual, siempre habrá bien para quien lo quiera, y el mal también siempre estará al alcance, aquí entra la libertad.
Por último quien desee vivir la buena vida, deberá también desear un sistema social y político basado en la libertad, la justicia y asistencia. Existen exigencias en estos aspectos que ninguna persona que quiera vivir bien puede obviar.
Análisis
En la época actual, y progresivamente, la política y principalmente quienes la ejercen, se ha ido desprestigiando, por errores que se han cometido y al ser estos personajes públicamente conocidos y es sobre quien recae la responsabilidad, se deben hacer cargo de su mala fama.
Es cierto que no porque estemos en un descontento social y político no podremos vivir una vida lo mejor posible, no podemos depender de la política para buscar el bien, aunque si ayudaría mucho a facilitar las cosas una política donde se cumplieran todos los propósitos, se respetase la libertad, la dignidad de las personas, la justicia etc. Y no solo quedaran las propuestas en palabras de las que posteriormente nadie se hace cargo. Sin embargo debemos aprender a vivir con la política y organización social en la que vivimos y no amargarnos la vida por no estar de acuerdo con ello, no buscar el mal que siempre está al alcance de nuestras manos, sino intentar vivir lo más bien y humanamente posible. Y por supuesto en nuestra propia política, por así decirlo, en nuestros actos personales, llevar a cabo conceptos como el respeto a la dignidad, a la libertad, a la justicia, a la inclusión, etc. Y así sin dudas poder llevar una vida más plena, más alegre y siempre con el cuidado de no caer en la imbecilidad moral sino, tener la conciencia con respecto a nuestros actos para con nosotros y con nuestros semejantes.
Conclusión
En conclusión puedo decir que ya está más grabado en mi cabeza el propósito y estudio de la ética, cuáles son los principales y más importantes factores, y cómo se relaciona en nuestra vida misma. Las elecciones que tomamos día a día ya sea por órdenes, rutina o caprichos son las que, sin duda orientan y guían nuestra vida. Debemos darnos cuenta en que momentos es necesario ir más allá de estas motivaciones, para así tomar decisiones en circunstancias que son más serias e importantes y así poder cumplir el objetivo de la ética, el saber vivir bien. El vivir no es vivir bien, ni humanamente, si no nos rodeamos con nuestros semejantes, si no sentimos empatía y simpatía por ellos, si no nos ponemos en sus zapatos. Al estar conscientes de ello, se nos devuelve todo lo que hagamos a nuestros pares, por eso es debidamente necesario tratar a los humanos como humanos para así recibir el mismo trato y además tomar y entregar sólo lo que los seres humanos podemos entregar, lo que nos hace diferentes a las cosas, un beneficio fundamental: la humanidad, la que es estrictamente necesaria en el momento en el que decidimos que queremos vivir bien, y no sólo bien, sino que humanamente bien.
Por eso y finalmente, debo decir después de haber leído este libro: disfruta los placeres, sé parte del otro para que el otro sea parte tuya, discierne de lo que es conveniente y lo que no lo es para ti y para quienes te rodean, haz lo que quieras con tu vida, preocúpate de no hacerte ni hacer daño al prójimo, esfuérzate y tenle aprecio a las cosas, trata al humano como humano y recibe lo que este tiene para entregarte, no te ciegues a la moral, sé consciente de ella, y aunque te encuentres con personas con diferente pensamiento o cosmovisión, respétalos y trátalos como lo indispensable que son, lleva los placeres, acciones y actitudes hacia la alegría, utilizando tu libertad con responsabilidad y vive la buena vida sin remordimientos. 

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