Por Daniella Lamelés
Ética para Amador
(Fernando Savater)
Introducción
“Ética
para Amador” es un libro escrito por un padre a su hijo, en el que trata de
explicarle, de manera lúdica y con diversas anécdotas, temas relativos a la
ética, a la libertad, a la empatía, a la igualdad, entre otros.
La
ética es el arte de saber vivir, pero no de cualquier manera, sino de saber
vivir la buena vida. Saber utilizar nuestra libertad de la manera correcta,
estando consientes de lo que es bueno y lo que es malo para nosotros, puede llegar
a ser vital.
Los
seres humanos somos libres. Tenemos la libertad de elegir si queremos o no
queremos hacer tales o cuales cosas. Podemos optar por ser independientes o
podemos elegir ser esclavos, pero querámoslo o no, somos libres de actuar como
queramos.
A
continuación, se trataran los temas expuestos en el libro, resumiendo
brevemente cada capítulo del texto y posteriormente se expondrá un pequeño
análisis, según mi apreciación personal sobre éste.
Capítulo I: De qué va la ética
Resumen:
Existen ciertos saberes de los que
podemos prescindir totalmente y hay otros saberes que son cruciales para
sobrevivir o por lo menos, para no hacernos algún tipo de daño o correr
peligros. De ignorar por ejemplo que no es bueno saltar del sexto piso de un
edifico, podríamos sufrir graves consecuencias. De lo anterior se desprende que
el único saber del que no podemos prescindir, es que existen algunas cosas que
nos convienen y hay otras que no, que hay cosas buenas y hay cosas malas para
nosotros. Sin embargo, lo bueno y lo malo parece
volverse
ambiguo y relativo al cambiar nuestro punto de vista, es decir, dependen del
contexto y la situación.
Hay
algunas cosas que están programadas por la naturaleza, que son
irrenunciables, y hay otras que dependen netamente de nuestra elección, de cómo
utilizamos nuestro poder de decidir que queremos hacer. El ser humano posee
libertad y aunque muchas veces éste pretenda creer que su libre albedrio esta
limitado por la sociedad que lo rodea y todo aquello que pueda causar algún
tipo de represión, en lo más profundo de
ser, no acepta la idea de no ser libre.
Pareciera ser entonces que utilizar
de buena manera nuestra capacidad de decidir es crucial en nuestra vida. A este
arte de saber vivir es a lo que se le denomina ética.
Análisis:
Lo que nos plantea el autor sobre
que es realmente la ética nos deja ver que abarca grandes áreas de nuestra
vida, si no es que todas. Día a día nos paramos frente al mundo teniendo que
tomar decisiones desde las más sencillas, que solo nos afectan a nosotros
mismo, hasta aquellas que involucran incluso a otras personas. Pareciera ser
que es de vital importancia analizar las situaciones de distintos puntos de
vista, para procurar estar consientes de a quién podrían perjudicar las consecuencias
de nuestros actos.
Si extrapolamos lo recién planteado
al desempeño de la labor fonoaudiológica o al de toda profesión del área de la
salud, claramente nos concuerda la idea de pensar en las consecuencias que
podrían llegar a tener nuestras decisiones, llegando a ser en algunos casos
mortales. Es por esto que es aberrante llegar a pensar en no aplicar criterios
éticos en nuestro trabajo futuro ya que la responsabilidad de tener otra vida
en nuestras manos es simplemente inmensa.
Capítulo II: Ordenes, costumbres y
caprichos
Resumen:
Si bien somos poseemos libertad, no
somos libres completamente de hacer lo que queramos. Hay veces las situaciones
que experimentamos nos obligan a elegir aunque no queramos hacerlo. Estas
decisiones debieran tomarse analizando profundamente antes de actuar. Sin
embargo hay otro tipo de cosas, como las cotidianas, que no requieren
necesariamente un largo proceso analítico y más bien pareciera ser que el
motivo por el que las hacemos no siempre proviene de nuestro interior.
Existen
distintos tipos de motivos que nos llevan a actuar, son las razones de nuestra
conducta. Estos son las órdenes, las costumbres y los caprichos. Las órdenes
responden a mandatos y muchas veces se actúa acatándolas por miedo a castigos.
Las costumbres son conductas repetitivas, que se hacen casi por inercia y por
último los caprichos nacen de nuestro interior y se hacen por pura gana. Lo
normal sería que una persona sana dejara de lado los caprichos en situaciones
que ameriten seriedad y racionalidad.
Análisis:
Considero muy interesante la frase
“En
momentos tempestuosos a la persona sana se le pasan casi todos los caprichitos
y no le queda sino el deseo de acertar
con la línea de conducta más conveniente, ósea más racional”.
La frase anterior, extraída del
texto, me causa mucha curiosidad y me hace reflexionar sobre qué sucedería si
una persona, que tenga a su cargo gran responsabilidad, no fuera lo
suficientemente “sana” psicológicamente, y ante situaciones problemáticas fuera
la designada para tomar decisiones importantes. ¿Qué sucedería? Podría traer graves consecuencias si es que
llegara a actuar en base a caprichos, sin tener muy claro el por qué de su
decisión y probablemente no tomando en cuenta las consecuencias de sus actos.
Sobre todo en el ámbito de la salud,
me parece que es muy necesario que los profesionales tengan ciertas capacidades
para manejar situaciones problemáticas de la manera más calma mesurada posible
y a base de un análisis por muy pequeño que sea, con el fin de procurar que el
camino que se tome tenga el menor impacto negativo posible en el paciente. Es
por lo anterior que en mi opinión, los profesionales de la salud no pueden
actuar en base a simples caprichos.
Capítulo III: Haz lo que quieras
Resumen:
Si bien, para tomar decisiones
cotidianas existen los motivos antes mencionados, hay otro tipo de decisiones
que, por su importancia, no pueden tomarse a la ligera, porque se nos ocurre o
porque alguien me da una orden. Para tomar decisiones que son realmente
importantes, uno tiene la libertad de decir sí o no, siempre que esto se haga a
conciencia. Aun así, hay veces en que no está mal actuar según caprichos,
ordenes o costumbres.
Los motivos van variando según las
etapas de la vida. En las más tempranas, a los niños pequeños les basta con
actuar en base a órdenes, caprichos y costumbres, pero un adulto debería
reflexionar más profundamente si quiere o no hacer tal o cual cosa, es decir
utilizar su libertad, porque en eso se hace presente ética. En resumen, haz lo
que quieras.
Análisis:
Si bien comprendo el concepto del
autor al plantear la frase “haz lo que quieras”, pareciera ser que en
conocimiento de personas sin criterio, esta podría ser mal entendida y por es
llevada a cabo de una manera incorrecta. La idea de hacer lo que uno quiera es
muy atractiva y no habría problemas en actuar día a día de esta manera, el
“pero” está en que una persona debe saber que su libertad de acción llega hasta
donde topa con la libertad de otra persona. Si lográsemos tener una ética tal
que nos permitiera realizar todo lo que nos planteáramos o que simplemente se
nos ocurriese, respetando a los demás, posiblemente el mundo no sería lo que es
hoy.
Capítulo IV: Date la buena vida
Resumen:
Nadie puede dispensarte de tu
responsabilidad que tienes de escoger el camino que seguirá tu vida, quieras o
no eres libre. Pero aunque se diga que debes hacer lo que quieras, no te debes
confundir con hacer lo que te venga en gana. Es importante que se establezcan
prioridades y se jerarquice entre lo que queremos en el presente y lo que de
verdad, a la larga nos importa. Para eso se hace oportuno pensar detenidamente
que es lo que se quiere. Lo importante es darse la “buena vida” y no
cualquiera, sino una “buena vida humana, y la ética no es más que un intento
racional de averiguar cómo vivir mejor y es por esto tan importante”.
Ser humano involucra necesariamente
la relación con otros seres humanos ya que la humanización es un proceso
reciproco. Uno da la buena vida y la buena vida nos es dada.
La cultura y el lenguaje son la base
de toda cultura y nos permiten la relación con otras personas. Escuchar y
hablarle a alguien es tratarlo como persona.
Análisis:
Se desprende, de la historia narrada
en este capítulo, que a veces uno pretende estar haciendo lo que quiere,
creyendo que se da la “buena vida” pero muchas veces no es así. El ejemplo del
señor Kane nos deja ver como todo lo que siempre buscó un hombre en su vida,
finalmente pareciera ser nunca lo fue en realidad, ya que la gran soledad en la
que estaba inmerso le impedía disfrutar de sus riquezas y peor aún, lo hizo
perderse a sí mismo. Esto nos muestra la importancia de relacionarnos con los
otros, para dar y recibir, para poder valorar lo que tenemos, ya que de lo
contrario, todo carece de valor. En resumen, hacer lo que uno quiere no siempre
implica darse la buena vida.
Capítulo V: ¡Despierta, baby!
Resumen:
Las cosas materiales solo con cosas
y sol pueden aportarnos eso, cosas. Nada más puede salir de ellas que nos enriquezca
el alma. Si fuéramos cosas, posiblemente nos bastaría con lo que nos otorgan,
pero no lo somos. Nosotros necesitamos otras cosas con más valor, como respeto,
amistad, confianza, amor.
Si
tratamos a otras personas como cosas, recibiremos de vuelta el mismo trato. Si
tratamos a otros como se merecen, es decir como personas, posiblemente nos
ganemos su respeto pero al menos si ganaremos el derecho de no ser “cosa” para
otros, y más importante aún, ganaremos el respeto por nosotros mismos.
En el caso del señor Kane,
posiblemente la gente sentía mucha envidia por el ya que imaginaban quizás que
él, con tanta riqueza, era muy feliz. Pero por el contrario, Kane vivió una vida vacía.
Hay que estar atentos para poder
reflexionar sobre lo que se hace e intentar definir cuál es el sentido que
queremos que tenga nuestra vida. Hay que
decidirse a vivir de cualquier modo, porque nadie puede decidirse a vivir por
ti.
Análisis:
Apreciar a las personas como tales,
es fundamental para mí en cuanto a respeto se refiere. Extrapolando esta idea
al quehacer de un profesional de la salud, puedo decir que creo que es vital no
olvidar nunca que uno trabaja con personas, que tienen sentimientos y no con
cosas. Valorar me permite ser valorada también y en cuanto a mi apreciación
personal, creo que ser reconocido por lo que uno es y no por lo que uno tiene,
debería ser una meta compartida por todos. Además reafirmo la idea que plantea
el autor sobre las cosas. Tener más cosa no te hace más persona. Un objeto, el
más moderno que exista, no puede aún entregar cariño y amor como lo hace una
persona.
Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo
Resumen:
Para no ser una persona imbécil
moralmente hablando, es necesario tener conciencia. Esta depende en parte, de
cualidades innatas y además de algunos requisitos favorables provenientes del
entorno. La conciencia que nos salva de
la imbecilidad moral consiste en saber que no todo da igual si es que realmente
queremos vivir humanamente bien, en saber fijarse si lo que hacemos es lo que
realmente queremos, en ir desarrollando el rechazo espontáneo de ciertas
conductas y hacernos responsables de las consecuencias de nuestros actos. Solo se puede ser egoísta sin caer en la
imbecilidad moral, si lo que se quiere es lo mejor para sí mismo.
Un mal actuar genera el
remordimiento, que no es más que sentirnos culpables de haber mal utilizado
nuestra libertad. Es en esas situaciones en que uno busca exculparse,
traspasando esta culpa a otros, por el solo hecho de sentirnos mal con nosotros
mismo por nuestro error. Si no fuéramos libres, no tendríamos remordimientos.
Tomarse en serio la libertad es ser responsable y hay que tener en cuenta que
las decisiones dejan huella en nosotros mismo antes que en el resto del mundo.
Análisis:
En este capítulo se muestra la
importancia fundamental de ser responsablemente libres. La libertad usada de
manera descriteriada puede traer graves consecuencias para uno mismo o para
otros. Además ser capaz de poder reconocer los consecuencias de nuestros actos,
sean buenas o malas, es de vital importancia en el desarrollo de la profesión,
y por lo demás, nos engrandece.
En lo personal, creo que el autor
plantea muy bien la idea de que en general, no empeñamos enormemente en tratar
de resaltar lo que nos sale bien, pero por el contrario, todo aquello en lo que
erramos o no acertamos, tratamos de culpar a otros, de decir que alguien nos mando,
que no sabíamos lo que hacíamos. Para mí, esto se ve claramente reflejado en
aquellos casos de torturadores en la dictadura militar, quienes han, por años,
tratado de eximirse de sus castigos indicando que todo lo que hicieron, fue
bajo la orden de un superior, en vez de ser valientes y decir que ellos mismo
optaron por hacer lo que hicieron, siendo capaces hasta de matar, dejando de
lado todo atisbo de respeto por otro ser humano.
De lo anterior se desprende la
importancia de tomar nuestra vida por las riendas, de no escudarse nunca en
otros y de siempre tener la valentía de asumir los premios por lo que hacemos o
recibir los castigos que nos correspondan.
"El que no tiene cabeza para preveer, tiene que tener
espaldas para aguantar." (Eduardo Gonzáles)
Capítulo VII: Ponte en su lugar
Resumen:
Lo que hace humana a la vida es
convivir con otros humanos y la ética nos sirve justamente para esto, para
saber cómo vivir bien la vida humana. Las otras personas, por muy malas que
sean, como ladrones o asesinos, siguen conservando su condición humana y se
deben tratar como tal. Sin “los malos” probablemente yo no podría descubrir mi
humanidad porque el afecto y la complicidad con otros seres libres amplifica y
refuerza mi propia humanidad. En resumen, tratar humanamente a alguien, es
ponerse en su lugar, es tomar en cuenta sus derechos, es poder mirar desde su
interior y reconocer que somos distintos y a la vez iguales. Ponerte en el
lugar de otro es hacer un esfuerzo de objetividad para ver las cosas como el
otro las ve. Es allí donde se refugia la justicia. Quien bien vive, es capaz de
alcanzar una justicia simpática o una compasión justa. Todos somos semejantes,
más no idénticos. Por esto no necesariamente se le debe dar a la razón al otro,
peri si se debe tratar de comprenderlo.
Análisis:
El tema tratado en este capítulo es
uno de los más importantes, en mi apreciación, sobre cómo se debe convivir día
a día con otras personas.
Está claro que no todos somos
iguales en cuanto a gustos, forma de actuar, entre otros aspectos, pero aún así
todos tenemos algo en común, nuestra condición humana que es lo que nos hace
dignos de ser valorados como tales.
Si analizamos críticamente, hoy en
día pareciera ser que nos solemos ponernos en el lugar de otros y más bien solo
nos dedicamos a juzgar y a opinar sin pensar en las situaciones de vida que
podría estar pasando algún individuo. Pareciera ser que estamos
desensibilizados ante otras realidades distintas a las nuestras.
Vienen a mi mente el recuerdo de
tantas personas que dicen sentirse casi ignoradas o maltratadas por los
servicios de salud púbicos. Quizás los médicos, enfermeras y todo el personal
involucrado, muchas veces olvida que está tratando con gente tan humana como
ellos mismos. También se que los sistemas de salud pública se ve sobrepasados
muchas veces y que intentan hacer lo mejor posible con los escasos recurso de
los que se dispone. Pero me gustaría dejar planteada la inquietud de que quizás
habría que ponerse mucho más seguido, y ojala siempre en el lugar de quienes
nos rodean.
Capítulo VIII: Tanto gusto
Resumen:
Mucha gente suele creer que el
placer se asocia a cosas malas y relacionadas con el sexo. Sin embargo lo único
que realmente está mal es pensar que el placer es algo malo. Lo que realmente
sucede en relación al placer es que la gente parece tener miedo a sentirlo y
como el placer sexual otorga las más grandes satisfacciones, históricamente se
ha tratado el tema como un tabú. Es de puritanos creer que uno vive bien si lo
pasa mal y viceversa. De lo anterior podemos decir que ser puritano es más
opuesto a una conducta ética.
Si bien es muy sano sentir placer,
se corre el riesgo de abusar de este y eso puede resultarnos fatal. El placer
debe vivirse de forma mesurada para no pasar del uso al abuso.
La máxima gratificación que puede
darnos algo en la vida es la alegría y el arte de poner el placer al servicio
de la alegría es lo que se denomina templanza. Para terminar, no es la muerte o
el dolor el límite entre un buen placer y uno dañino, sino que la línea que los
separa es la alegría como tal.
Análisis:
En mi opinión personal, este es el
mejor capítulo, ya que nos muestra un punto de vista distinto al que solemos
tener y al que nos suelen inculcar.
La sociedad se empeña en hacernos
creer que disfrutar plenamente de la vida no puede ser del todo bueno, pero la
realidad es que esta es la única forma que, bajo mi concepción, nos puede
llevar a la felicidad absoluta.
Ojalá, paulatinamente, la sociedad
pudiera ir dejando de lado los tabúes que nos han sido impuestos, para poder
vivir plenamente nuestra libertad siempre y cuando nuestra manera de vivir los
placeres sea de manera mesurada y con templanza, ya que como sabemos, los
excesos no suelen ser bueno casi nunca.
Para terminar me gustaría destacar
que me llama enormemente la atención la afirmación del autor acerca del miedo
que le tenemos al placer, pues analizando, puedo decir que tiene toda la razón
ya que se han buscando históricamente, medidas que logren reprimir la libertad
que tenemos, y que nos es inherente, de vivir sin miedo a sentir placer.
Capítulo IX: Elecciones generales
Resumen:
La pregunta que surge en este
capítulo es si la ética y la política tienen cosas en común, si es así, saber
cómo se relacionan. Por una parte la ética es el arte de escoger lo que es
mejor para nosotros por otro parte la política trata de organizar de la mejor
manera posible la convivencia social. Cualquier persona que tenga ética para
vivir bien, no puede desentenderse de la política.
Si bien ética y política están
relacionadas, la ética no puede esperar a la política, es decir que a pesar de
que la labor política no cumpla bien su función y el mundo esté en condiciones
adversas, siempre hay gente que logra de todos modos vivir bien y colaboran en
la sociedad en la que viven o por último no la empeoran. Entonces ¿cómo debiera
ser la organización política preferible, digna de ser defendida? Debería
respetar al máximo la libertad, ya que sin esto, no existe la buena vida.
Además debería existir la justicia para que las personas fueran tratadas como
persona. Todos deberían ser tratados como semejantes, con dignidad. Se debe
ayudar a los más desvalidos sin sentir compasión por ellos. La sociedad
política debería luchar por la reivindicación de los derechos humanos.
Análisis:
Es
muy importante que nos involucremos en la política y que le demos la
oportunidad de creer en ella, porque, como lo afirma el autor, no es posible
tener una vida buena si tratamos de escapar de lo relevante a la política, por
mucho rechazo que nos generen los políticos.
Está en nuestras manos poder generar
cambios en lo relevante a la manera de hacer política y n es necesario que
adoptemos todas las ideologías de uno o de otro partido, sino más bien debemos
mirarla desde el sentido más profundo de su palabra.
Por último, me hace mucho sentido lo
que plantea el autor sobre los derechos humanos, que pareciera ser, que hasta
hoy en día, la lista en la que estos están incluidos parece más una enumeración
de puras buenas intenciones, ya que la realidad es que en el mundo día a día y
masivamente. Los derechos son violados, siendo vulneradas millones de personas
a costa de guerras sin sentido, guerras inventadas y de gente que es capaz de
arrasar con todo con el fin de alcanzar su propósito.
Conclusión
Para concluir, podemos decir que la
ética cruza de una u otra manera por todos los aspectos de nuestra vida. El
poder optar, es decir ser libre de elegir lo que queremos, es un derecho que
nos pertenece y que nos permite alcanzar nuestros objetivos, pero a la vez nos
permite ponernos en los zapatos de otros.
Aunque muchas veces podemos desenvolvernos
en el mundo siguiendo órdenes o caprichos o simplemente por costumbre, existen
otras situaciones en las que se necesita
hacer una reflexión más profunda, y darse cuenta de que es lo que realmente uno
desea para su vida.
Además, es importante relacionarnos
con otras personas para tener una buena vida humana. Es muy necesario tener la
capacidad de saber ponerse en los zapatos de otros personas, saber mirar con
otros ojos la realidad, ya que si bien, todos somos distintos, pertenecemos a
la misma especie y nos retroalimentamos en cuanto a amor, respeto, amistad. Lo
anterior es básicamente lo que nos hace conservar nuestra condición de seres
humanos.
Para terminar, me gustaría mencionar
que este texto me hizo reflexionar acerca de lo que cada uno debe hacer por sí
mismo, que uno es dueño de su vida y que se debe ser lo suficientemente
valiente para reconocer nuestros errores como para mostrar orgullo por nuestros
logros.
“El hombre nace libre, responsable y
sin excusas” (Jean Paul Sartre)
Muy interesante análisis, me agradó mucho
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